Esta no era la idea que tenía pensada para mi siguiente post. Quería que
fuese algo más profundo, significativo, pero estos días no me da la cabeza para
filosofar mucho acerca de la vida y sus inescrutables senderos (…). Así que
cuando me frustro, recurro a la lectura. Y leo mucho. Me pierdo en internet
indagando en alguno de mis temas favoritos hasta que con los ojos inyectados en
sangre y los niveles de indignación tocando techo, abandono la lectura para
lanzarme a escribir de nuevo.
Y es que es eso lo que me pasa casi siempre que me meto a investigar y a
“olfatear” en el mundo de la cosmética.
Así que sin más dilación, paso a enumeraros las 5 razones por las
que las empresas de cosmética, en su mayoría, son uno de los grandes
estafadores de nuestro tiempo:
I. Knowledge is power, y cuanto más retorcido el nombre de nuestra molécula
milagrosa sea, mejor
Es un hecho, el conocimiento es poder, y cuanto menos idea tenga la gente
de un asunto, más fácil es de manipular. Por eso juegan con “tecnologías” y
nombres “científicos” enrevesados hasta decir basta para hacer creer a la gente
que lo que el cosmético en cuestión contiene es auténtico, ha sido probado por
científicos y funciona.
Nada más lejos de la realidad. Huye despavorido de todo cosmético que use
esta premisa para publicitarse. Generalmente, las compañías acuñan nombres
nuevos y rimbombantes mezclando algunos compuestos mundanos y los patentan; o
bien tergiversan completamente el mensaje que dan (ver punto 5).
II. Stick to simplicity: convencerte de que algo funciona por asociación
(errónea) de ideas
¡¡¡Nueva crema “Niveas que Visage” con colágeno!!! (tres frases más
adelante)... con la edad, la síntesis de colágeno en nuestra propia piel
empieza a ser deficiente… y bum! Ya se ha obrado la magia. Pensamos, mi
colágeno se va a la mierda, esta crema tiene colágeno, ¡justo lo que necesito!
Pues no es así. Además de obviar que existen decenas de tipos diferentes de
colágeno (¿cuál es el que contiene?), ya te puedes untar 3 quilos de colágeno
en la cara que te vas a quedar igual.
Lo mismo ocurre con el ácido hialurónico. Podría escribir una enciclopedia
hablando únicamente de estos compuesto, pero como mi intención no es aburrirte
hasta la muerte, sólo decir que muchos cosméticos los contienen, pero no para
lo que cabe pensar.
En la mayoría de los casos estas moléculas tienen un peso
molecular tan elevado que es imposible que penetren en tu piel, con lo que ni
aumentan tus reservas de colágeno/ácido hialurónico, ni lo reparan, ni lo
estimulan. Es como si quisieras enhebrar una cadena en el ojal de un aguja, es
simplemente imposible.
III. Miracles, miracles everywhere
“Efecto botox”, “piel más luminosa al instante”, “elimina líneas de
expresión” y un largo etcétera.
Ninguna, repito, NINGUNA crema (ungüento, humectante, sérum…) puede
eliminar el daño que ya está hecho. Ningún cosmético puede eliminar las arrugas
que ya tienes. Ningún cosmético puede reparar la piel. Si lo hiciera, se
llamaría medicamento*.
Y me diréis, ¿y qué hay de los AHA y BHA que eliminan manchas y finas
líneas de expresión?
Pues diré que efectivamente, lo hacen, pero no porque
reparen la piel, si no porque como buenos ácidos que son, hablando mal y pronto
(si hay algún farmacéutico-químico-dermatólogo leyendo que se tape los ojos) se
“comen” la piel. Van descamando las capas más superficiales, por lo que esas
finas líneas de expresión, que se acentúan por deshidratación y acumulación de
piel muerta, se ven mejoradas porque las has hidratado y les has quitado la
“porquería” que se acumulaba alrededor. Pero la pequeña arrugita original sigue
ahí, y va a seguir ahí para siempre si únicamente usas cosméticos.
Todo lo demás, o bien es mentira, o bien es temporal. Ninguna crema hace
que tu piel sea más luminosa. La mayoría contienen micro pigmentos que
reflejan la luz, dando una apariencia de luminosidad instantánea, la cual se va
tan pronto como te laves la cara. Toda la luminosidad que puedes alcanzar de
forma permanente es la que tu piel tenga de forma natural, limpiándola y
exfoliándola correctamente.
IV. The “all natural” trend. O mi frase favorita, “libre de químicos”
Cada vez que una marca clama que su producto está libre de químicos un
gatito muere (entre terrible sufrimiento) en la otra punta del mundo.
El agua es un químico. El aire que respiras es químico. ¡¡¡Todo es
químico!!! (toda la materia se compone de elementos químicos de la tabla
periódica) ¿Cómo narices hacen una crema libre de químicos? ¿Le inyectan vacío?
¿Antimateria? Yo personalmente, no conozco la respuesta.
Ni todo lo natural es bueno, ni todo lo artificial es malo. Un excremento
de vaca es 100% natural y me apuesto lo que quieras a que no te lo restregarías
por la cara. También existe otro problema y es que no siempre es fácil escindir
lo natural de lo artificial. El ácido salicilíco es un compuesto que se
encuentra de forma natural en la corteza del sauce, y seguro que la aspirina no
la consideras la cosa más natural del mundo.
Sin ánimo de sentar cátedra, mi único punto aquí es que no te dejes llevar
por estas afirmaciones sin sentido, y que pongas en duda a todas las marcas que
quieran que consumas sus productos intentando conquistarte por tus ideales o
tus miedos.
V. ¡Un asterisco al lado mantiene lejos los juzgados!
Tristemente todas estas compañías pueden vomitar todas las falsedades que
quieran en un anuncio bien alto y claro, que con poner un tocho de letras con
una fuente de tamaño 2, durante 3 segundos, se eximen de toda pena.
Esto no pretende
desalentar a nadie. Hay muchos cosméticos que funcionan, y son herramientas
geniales e indispensables tanto por razones de estéticas como de salud. Pero
hay aún más cosméticos que no cumplen con lo claman, y son una verdadera
estafa.
Es difícil
lanzarse a dar crédito incuestionable a una marca o compañía, pues no siempre
hacen un trabajo impecable en todos los productos que puedan desarrollar, pero
sí que hay unas marcas, si no perfectas, mejores que otras.
Basándome en su
formulación, en que no testan en animales y en su honestidad en lo que a marketing
se refiere, actualmente mis marcas preferidas son The Ordinary, NIOD, Paula’s
Choice, REN y un poco más lejos de la pole Clinique (no me pagan para publicitar ninguna de estas marcas, en caso de duda).
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